Lo que va, a menudo vuelve. Los impotentes con frecuencia se encuentran en una posición de poder y las personas que nos lastiman pueden algún día necesitarnos. En los momentos en que tenemos a esas personas justo donde las queremos, lo que decimos dirá tanto sobre nosotros como cualquier otra cosa. Si nuestras palabras son piedras, ¿elegiremos lanzarlas o usarlas para allanar el camino?