No importa lo que hayas hecho, Jesús te invita a que vengas como eres. El rechazo es doloroso. Nos deja sintiéndonos no deseados, indignos y como si simplemente no perteneciéramos. Acompaña a Roberto Bautista para descubrir cómo, pase lo que pase, hay espacio para ti en la familia de Dios.