Todos nos casamos con anhelos, sueños y deseos. Creamos expectativas. Pero cuando ponemos esas expectativas en la pareja, convertimos el matrimonio en una relación de deuda / deudor. La relación se ve marcada por la creencia de: “Mi pareja me debe algo”. La pregunta es, ¿cómo mantenemos los anhelos, sueños y deseos sin convertirlos en expectativas?