¿No te ha pasado que te sientes incómodo justo antes de hacer algo? Como si una parte pequeña de ti intentara decirte algo, pero tú solo quieres seguir. Eso que a veces llamamos “duda”, “inseguridad” o “tensión”, tal vez no sea tan débil como parece. Tal vez si aprendiéramos a prestarle atención, podríamos evitar decisiones que más tarde lamentaremos.
Parte 2
Presta atención a tus narrativas
A veces no es lo que pasa lo que nos limita, sino lo que nos decimos a nosotros mismos sobre lo que pasa. Hay historias que repetimos sin darnos cuenta, excusas que suenan razonables y creencias que decidimos nunca evaluar. El problema es que esas voces internas no siempre buscan nuestro bien. Suena convincente, pero ¿y si está equivocada? Podrías estar siguiendo una mentira muy cómoda.
Parte 3
Escucha
Escuchar eso que no quieres oír puede ser el acto más valiente del día. Pero hay algo en nosotros que prefiere tener la razón a ser libres. Lo llamamos orgullo o, simplemente, ego. Y si no aprendemos a filtrar esas palabras con humildad, podemos terminar rechazando justo lo que podría habernos salvado.