Hay pocas cosas que son tan repulsivas como un líder, padre, jefe, o político, que se aprovecha de su influencia para su propio beneficio a costa de la gente por la cual es responsable. Y hay pocas cosas que son tan inspiradoras como un líder que dice no a sí mismo para poder decir sí a aquellos por los cuales es responsable. Entonces, ¿cómo podemos liderar bien cuando se nos ha puesto autoridad en nuestras manos?