Una generosidad sin esperar nada a cambio fue el estandarte de la iglesia del primer siglo. También debería ser el estandarte de la iglesia del siglo 21. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: “Dile a los ricos de este mundo… que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y dispuestos a compartir lo que tienen.” Así que seamos ricos. Vamos a hacer más y a dar más que nunca antes.