Sin importar si eres religioso o no, todos hemos estado, estamos, o estaremos a sólo una decisión de meternos en un desastre. Pero hay una conexión poderosa entre tus desastres y tu relación con Dios.
Parte 2: El mejor desastre
Yo reconozco un desastre cuando veo uno, porque yo soy uno. Cuando reconocemos nuestros desastres, estamos a sólo un paso de reconocer a Dios. Tu desastre tiene el potencial de atraer a Dios cerca de ti.
Parte 3: De adentro hacia afuera
Un malentendido común en la vida cristiana es acerca de evitar cualquier desastre y mantenerte fuera de los problemas. Pero seguir a Jesús no se trata de evitar algo; se trata de convertirte en algo.
Parte 4: Caminando hacia el desastre
Jesús nos dijo que amáramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, pero es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Cuáles son los límites de nuestra responsabilidad hacia los demás? La respuesta a esta pregunta podría sorprenderte.